Fundamentación de APSUNI-e

A la universidad actual se le otorga la misión de transmitir a su alumnado las competencias que garanticen su adecuado desarrollo, no solo personal, sino también profesional. No puede extrañar, por ello, la mayor atención que hoy conceden las universidades a las metodologías de aprendizaje que pueden suponer un plus en el logro de competencias cognitivo-sociales por los/as alumnos/as. Este es el sentido otorgado al enfoque metodológico del aprendizaje-servicio en la universidad, ya que su potencial se asocia no solo al desarrollo académico del alumnado, sino también a la adquisición de competencias cívico-sociales, en tanto que permite situar su aprendizaje en un entorno comunitario y social (Santos Rego, Sotelino, y Lorenzo, 2015).

Como en toda práctica educativa, el impacto que se derive de su implementación en la universidad se verá condicionado por una serie de factores y variables mediadoras que determinarán la eficacia de los proyectos. Es de ahí que pueden surgir claros indicadores de calidad en un proyecto de aprendizaje-servicio, ligados a la optimización de los resultados que se prevén alcanzar en los estudiantes. Debemos analizar, por tanto, la relación entre proyectos de ApS de calidad y el desarrollo de las llamadas competencias genéricas o transversales (instrumentales, interpersonales y sistémicas), propuestas en informes internacionales, directamente vinculadas a la empleabilidad de los universitarios/as.

El aprendizaje-servicio se configura como un enfoque metodológico que cuenta ya con cierto recorrido universitario en nuestro país, si bien su origen, y consecuente expansión primaria, se sitúa en los Estados Unidos de América (Santos Rego, 2013). Influido por la corriente pedagógica del pragmatismo americano y las ideas de John Dewey, Bringle y Hatcher (1995, 2000) lo han definido como una experiencia educativa situada en una materia del currículo académico, a fin de que los estudiantes participen en una actividad de servicio que atiende a necesidades identificadas en su comunidad, deliberando sobre tal servicio en conexión con el aprendizaje de la asignatura o disciplina de conocimiento, además de mejorar su responsabilidad cívica.

Según otra reconocida definición, podemos presentar el ApS como “una propuesta educativa que combina procesos de aprendizaje y de servicio a la comunidad en un solo proyecto bien articulado en el que los participantes se forman al trabajar sobre necesidades reales del entorno con el objetivo de mejorarlo” (Puig, Batlle, Bosch, y Palos, 2007, p. 20). Para el caso que nos ocupa en el proyecto, destacaremos el uso del término «trabajar» en la definición, ya que el servicio a la comunidad ofrecido en un programa de ApS permite al alumnado mejorar los conocimientos académicos mediante el trabajo en contextos reales, la mayoría de las veces, vinculados a actividades profesionales (Naval, García López, Puig, y Santos Rego, 2011; Santos Rego, Lorenzo, y Mella, 2016).

Para Furco (2005), el vínculo entre ApS y rendimiento académico del alumnado universitario se produce a través de factores mediadores (autoestima, empoderamiento, conducta prosocial, motivación y compromiso), que es donde residen las posibilidades de esta estrategia educativa para trabajar las competencias genéricas e incidir, consiguientemente, en las específicas de cada área. Ahora bien, las dificultades no están en trabajar competencias, sino en hacerlo de un modo que permita evaluar su grado de consecución. Si entendemos las competencias como la conjugación e integración de componentes diversos con el fin de dar respuesta a una situación determinada, lo que han de imperar son situaciones reales que permitan comprobar y dar cuenta del grado en que son adquiridas (Tejada, 2013).

Lo que se ha observado es que el ApS ayuda a superar la brecha entre teoría y práctica, y permite desarrollar competencias susceptibles de ayudar a la empleabilidad de los alumnos/as, como son el trabajo en equipo, la comunicación eficaz, la asunción de responsabilidades, la iniciativa personal y la capacidad de organización y gestión (Leimer, Yue, y Rogulkin, 2009; Tapia, 2008); la adaptabilidad, flexibilidad, gestión del tiempo y resolución de problemas (Brozmanová, Heinzová, y Chovancová, 2016; Deeley, 2014); las competencias profesionales ligadas a la comunicación, toma de decisiones, y movilidad (Coffey y Lavery, 2015); o también la responsabilidad social y las competencias interpersonales (Hebert y Hauf, 2015; Peterson, Wardwell, Will, y Campana, 2014).

Pero lo que consideramos realmente importante no es solo el potencial del ApS en la adquisición de estas competencias, sino su relación directa con la empleabilidad de los graduados/as universitarios/as. Así lo reiteran Naval y Arbués (2016), al constatar como el ApS posibilita la adquisición de determinadas competencias genéricas que inciden en la empleabilidad de la juventud. Al respecto, un estudio pionero en el marco europeo sobre competencias transversales en las organizaciones juveniles (Souto-Otero, Ulicna, Schaepkens, y Bognar, 2013), demostró que no solo se desarrollan las más demandadas por los empleadores, sino que, en ese sector, los jóvenes establecen contactos personales que aumentan sus posibilidades de encontrar un empleo (Santos Rego, Lorenzo, y Vázquez Rodríguez, 2018).

Bringle, R. G., y Hatcher, J. A. (1995). A service-learning curriculum for faculty. Michigan Journal of Community Service Learning, 2, 112-122.

Bringle, R. G., y Hatcher, J. A. (2000). Institutionalization of service-learning in higher education. The Journal of Higher Education, 71(3), 273-290. doi: 10.1080/00221546.2000.11780823

Brozmanová, A., Heinzová, Z., y Chovancová, K. (2016). The impact of service-learning on students’ key competences. International Journal of Research on Service-Learning and Community Engagement, 4(1).

Coffey, A., y Lavery, S. (2015). Service-learning: a valuable means of preparing pre-service teachers for a teaching practicum. Australian Journal of Teacher Education, 40(7), 86-101. doi: 10.14221/ajte.2015v40n7.7

Deeley, S. J. (2014). Summative co-assessment: A deep learning approach to enhancing employability skills and attributes. Active Learning in Higher Education, 15(1), 39-51. doi: 10.1177/1469787413514649

Furco, A. (2005). Impacto de los proyectos de aprendizaje servicio. Aprendizaje y servicio solidario en la Educación Superior y en los sistemas educativos latinoamericanos. Actas del 7º Seminario Internacional Aprendizaje y Servicio Solidario. Buenos Aires (Argentina), 19-26. http://www.clayss.org.ar/seminario/anteriores/actas/2005_Actas7.pdf

Leimer, C., Yue, H., y Rogulkin, D. (2009). Does service learning help students succeed? Assessing the effects of Sevice-Learning at California State University-Fresno. Recuperado de http://files.eric.ed.gov/fulltext/ED521013.pdf

Naval, C., García López, R., Puig, J.M., y Santos Rego, M.A. (2011). La formación ético-cívica y el compromiso social de los estudiantes universitarios. Encounters on Education, 12, 77-91.

Naval, C., y Arbués, E. (2016). El aprendizaje-servicio y la transición desde la educación superior al mundo del trabajo. En M. A. Santos Rego (Ed.), Sociedad del conocimiento. Aprendizaje e innovación en la universidad (pp. 219-239). Madrid: Biblioteca Nueva.

Puig, J. M., Batlle, R., Bosch, C., y Palos, J. (2007). Aprendizaje servicio. Educar para la ciudadanía. Madrid: Octaedro.

Santos Rego, M. A., Lorenzo, M., y Vázquez Rodríguez, A. (2018). Educación no formal y empleabilidad de la juventud. Madrid: Síntesis.

Santos Rego, M. A., Sotelino, A., y Lorenzo, M. (2015). Aprendizaje-servicio y misión cívica de la universidad. Una propuesta de desarrollo. Barcelona: Octaedro.

Santos Rego, M.A. (2013). ¿Para cuándo las universidades en la agenda de una democracia fuerte? Educación, aprendizaje y compromiso cívico en Norteamérica. Revista de Educación, 361, 565-590.

Santos Rego, M.A., Lorenzo, M., y Mella, I. (2016). Aprendizaje-servicio y desempeño académico de los estudiantes universitarios. En M. A. Santos Rego (Ed.), Sociedad del conocimiento. Aprendizaje e innovación en la universidad (pp. 197-218). Madrid: Biblioteca Nueva.

Souto-Otero, M., Ulicna, D., Schaepkens, L., y Bognar, V. (2013). Study on the impact of Non-Formal Education in youth organisations on young people’s employability. Bruselas: Foro Europeo de la Juventud.

Tapia, M. N. (2008). Calidad académica y responsabilidad social: el aprendizaje servicio como puente entre dos culturas universitarias. En M. Martínez (Ed.), Aprendizaje servicio y responsabilidad social de las universidades (pp. 27-56). Barcelona: Octaedro.

Tejada, J. (2013). La formación de las competencias profesionales a través del aprendizaje-servicio. Cultura y Educación, 25(3), 285-294. doi: 10.1174/113564013807749669

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