En una concha hay un gusano muy extraño. Él solamente. Susurrando me abrió su corazón completamente.Christian Morgenstern
Señor, sonó una débil voz, ¿cómo se llama el mes más bonito del año?
Mayo.
¡No, no, ése no, el otro!
¿Junio?
Sí, junio.
Mi mes.
En el polvo se movió un pequeño y extraño gusano.
¿Lo ve, señor? La humanidad se ha inspirado en mí para nombrar al mes más hermoso.
Junio.
Todo florece, calienta el sol, retozan los niños, y los gusanos están en todas partes...
¡No se vaya, oiga!
¡Quédese aquí!
¡Lo recomendaré para Correos!!! ...
No, no lo recomendaré para ningún sitio.
Disculpe, he mentido.
No tengo ninguna clase de contacto.
Ni siquiera el violín.
¿El violín?
Sí, el violín.
Al que pasó por aquí antes que usted lo engañé diciéndole que lo tocaba.
Pero no es verdad.
Es cierto que quise estudiarlo, pero... los dedos.
No tengo extremidades.
¿Sabe, señor?, soy el más miserable de todos los seres.
Soy el más miserable de todos los seres, y por eso soy tan fanfarrón.
Suelo decir, por ejemplo, que domino idiomas.
Y sin embargo, sólo sé un poco de italiano.
¿Por qué le digo a usted esto?
Nunca me había sincerado con nadie hasta ahora, sólo con usted.
Por esos zapatos tan simpáticos que tiene.
No le veo los ojos.
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Los raíles brillan al sol y por uno de ellos va una hormiga.
¡El jefe de estación la ve bien!
La hormiga camina por el raíl, a pesar de que junto a la vía hay un cartel bien claro: POR ORDEN OFICIAL, SE PROHÍBE ANDAR POR LOS RAÍLES.
La hormiga es una ingenua.
El letrero oficial la inquieta tanto como, por ejemplo, una guerra mundial.
Tiene más preocupaciones que atender a todo lo que se han montado los humanos.
Tiene su propia meta.
Cree que por los raíles llegará a Praga y después....
Se imagina Praga como un enorme hormiguero sobre el cual se alza su castillo de pinocha seca.
En los pasillos infinitos de este hormiguero vive casi un millón de hormigas negras y el escritor Ondřej Sekora.
Y además hay tiendas llenas de pulgones y dulces zumos...
La hormiga sigue y sigue avanzando continuamente tras su sueño por el infinito raíl.
El jefe de la estación es un tipejo mal intencionado.
En un momento dado cambia la aguja y la hormiga sin sospechar nada, se acerca, así, metro a metro hacia la ciudad de Cheb.