Ex libris Universitatis es la primera exposición bibliográfica colectiva de REBIUN, Red de Bibliotecas Universitarias Españolas, y nace como un proyecto cooperativo dentro de sus actividades, con el fin de dar a conocer el importante patrimonio bibliográfico histórico universitario.

Por primera vez son las propias universidades, respondiendo a la iniciativa del Presidente de REBIUN, las que se unen para exhibir, en una de sus sedes más ilustres, capital europea de la cultura en 2000, las piezas nucleares de su tesoro documental que, aunque descrito en catálogos diversos, es todavía poco conocido.

Participan en la exposición 33 universidades, públicas y privadas, que han seleccionado las obras más relevantes de sus colecciones históricas para reunir este conjunto de 209 piezas, manuscritas e impresas, con miniaturas, grabados, mapas o bellas encuadernaciones, cuyas fechas van de los siglos X al XVIII.

Parece conveniente aclarar que la exposición no se plantea con carácter temático, sino como una muestra de los variados fondos de procedencia diversa, que las universidades han ido reuniendo a lo largo de su historia, para difundirlos entre quienes no los conocen, facilitar a los estudiosos el encuentro con los que ya conocen y proporcionar a todos ocasión para su contemplación. También es necesario subrayar, a la hora de juzgar los criterios de selección, que se ha atendido a la calidad, rareza, importancia, valor o belleza de las obras; pero que el carácter cooperativo y abierto a todas las universidades que deseaban participar ha prevalecido sobre cualquier otro de los enfoques posibles, más rigurosos tal vez, pero sin duda menos atentos a la realidad de lo que han sido y son las bibliotecas de nuestras viejas y nuevas universidades.

No ha de sorprender, pues, que al lado del magnífico códice del Apocalipsis de Valcavado, orgullo de la antigua biblioteca vallisoletana, o de la obra cumbre de las prensas de Maguncia, conservada con devoción en la biblioteca de Sevilla, la joven universidad de Castilla-La Mancha contribuya con el breve pliego de la elegía que Lope de Vega dedicó a su paisano Jerónimo de Villaizán; o que la renovada Rovira i Virgili aporte su insólito Arte de danzar a la francesa, no menos estimable en su simplicidad. Ni debe extrañar que la exégesis bíblica o las relectiones salmantinas compartan amigable espacio con las artes de la pesca, con el método para fabricar relojes de sol o con los insuperables grabados de Goya . Todo, al fin, es fruto del ingenio del hombre, de su pasión por saber y por comunicar. No es, pues, ajeno a la universidad.

La exposición se organiza en cuatro apartados. La abre una selección de los “Estatutos y Ordinaciones” que rigieron nuestras universidades más antiguas, algunas actualmente extinguidas, que sirve de pórtico al conjunto. Tras él se muestra en dos capítulos, “El universo de los códices” y “ En la cuna de la imprenta”, una serie de piezas de gran valor, únicas o de suma rareza, que forman parte del tesoro bibliográfico universitario: códices miniados de gran belleza, primeros libros impresos, grabados, etc. La tercera parte, “La librería de la universidad”, siguiendo la ordenación que muchas librerías universitarias, así llamadas hasta el siglo XVIII, utilizaron, es una selección de las colecciones que nuestras bibliotecas guardan como testimonio de su función y de su historia que no es otra que la de las propias universidades. Para cerrar este apartado y la exposición se ha elegido una brevísima representación de las primeras obras periódicas como muestra de lo que, hace más de trescientos años, se configuraba ya como el nuevo horizonte de la información científica.

Como reflejo permanente de la exposición, el catálogo se ha planteado como catálogo colectivo de una parte de las colecciones históricas universitarias, que pueda seguir siendo de utilidad como herramienta de trabajo, y tal vez completado o continuado. Más de cincuenta especialistas, investigadores, profesores y bibliotecarios, han colaborado en su elaboración redactando varios artículos sobre historia de la imprenta, del libro, de las bibliotecas universitarias o de sus fondos, las descripciones bibliográficas y los comentarios de las piezas que se exponen. Como catálogo colectivo, junto a las descripciones de las obras expuestas, incluye noticia de todos los ejemplares localizados en universidades españolas y se completa con varios índices y una bibliografía sobre el patrimonio bibliográfico histórico universitario actualizada con las aportaciones de todas las bibliotecas.

Más allá del límite temporal, la exposición debería cumplir una función que nos parece crucial: transformar en compromiso solidario la admiración y el legítimo orgullo que la contemplación de tan magníficas piezas despertará, a no dudar, en la propia comunidad universitaria, en los responsables de la conservación y difusión de los bienes públicos y en toda persona sensible. Con ello, las bibliotecas universitarias podrán seguir preservando para las generaciones futuras el extraordinario patrimonio escrito que ya conservan, al tiempo que les será permitido rescatar aquel que, no menos valioso, corre el riesgo de desaparecer.

 

LA COMISIÓN TÉCNICA DE LA EXPOSICIÓN